martes, 31 de enero de 2017

Sierra de la Paramera: Zapatero (Cara Sur)

De vuelta a la provincia de Ávila, hacemos una nueva salida a la siempre atractiva Sierra de la Paramera. Esta alineación montañosa, forma parte de la orla norte de la gran Sierra de Gredos. Subiremos a su cumbre máxima, el Zapatero, visible desde la ciudad de Ávila.


Pico Zapatero


En este blog, ya publicamos la ascensión a su maxima cota: el pico Zapatero (ver entrada Zapatero (Cara Norte)). Pero esta vez subiremos por su vertiente más agreste y atractiva, que es la cara sur.

Vertiente sur a la Sierra de la Paramera, vista desde el pueblo abulense de Navandrinal.
Nos desplazamos a la serrana localidad de Navandrinal, pequeña población de la provincia de Ávila, ubicada en la vertiente sur de la sierra. Se halla a media hora de la ciudad, de la que solo dista 38 kilómetros. Desde las casas del pueblo, la sierra se presenta como una muralla infranqueable que cierra todo su horizonte por el norte.

En el mapa se observa que la Sierra de la Paramera se alinea por el norte con Gredos.
Precisamente la agreste silueta del Zapatero se ve ya sobresaliendo sobre las casas. El plan es ascender por la pista carretera que, por el lado oeste, remonta la ladera hasta el collado del Portacho del Zapatero (a la izquierda según miramos desde el pueblo hacia la sierra).

Navandrinal.
A continuación recorreremos toda la cresta, pasando por la cima, hasta el collado del Portacho del Cuchillo desde donde emprenderemos el descenso de regreso a Navandrinal.

Pero no salimos desde el mismo pueblo, sino que tomamos la calle que por su lado norte, asciende por una empinada pista asfaltada hasta situarse sobre una pequeña plataforma sobre el pueblo. Aquí, dejamos el coche. Tenemos frente a nosotros la mole granítica del Zapatero.
Emprendemos la marcha. Allí mismo, la pista en buen estado y suficientemente ancha para vehículos, remonta la ladera a la búsqueda del collado, dejando el Barranco del Zapatero a nuestra derecha.

Dejamos Navandrinal atrás siguiendo una amplia pista carretera.
En este primer recorrido, encontramos algunos tramos con elevada pendiente. Ganamos altura con rapidez y vamos dejando las casas de Navandrinal detrás nuestra abajo en el valle. Tras pasar una caseta de piedra, que dejamos a nuestra derecha, la pista gana pendiente describiendo unas amplias curvas que poco a poco nos van acercando hacia el collado. Aunque la pendiente en algunos sitios es elevada, caminamos con comodidad.
Hora y media de haber iniciado la marcha, alcanzamos la cresta de la sierra en el collado del Portacho del Zapatero.

Toda la ladera sur de la Paramera es un inmenso pedregal granítico.

El collado es buen lugar para parar, descansar y admirar el paisaje que ya tenemos sobre la vertiente norte. A nuestros pues mirando al norte, tenemos el amplio valle del Amblés, con la ciudad de Ávila a nuestra derecha. De fondo, la modesta Sierra de Ávila. Continuamos la marcha, siguiendo trochas por el cordal de la sierra.

Vista desde el Portacho del Zapatero. A nuestros pies, el Valle de Amblés.
Del mismo origen geológico que su hermana mayor, la Sierra de Gredos, la Paramera está compuesta de materiales graníticos, que denota su accidentada y lejana formación volcánica. Toda la cresta está salpicada de enormes bloques, algunos de los cuales presentan caprichosas formas. El camino que seguimos, va bordeando estos bloques. Tenemos al fondo ya la silueta del Zapatero, que nos parece un inmenso caos de piedras.


Tras superar primero el crestón de Risco Redondo (2070 metros), nos enfrentamos a la molde del Zapatero. La montaña es una acumulación enormes rocas que parecen amenazar con su desplome.

Toda la cresta de la Paramera es un mar de granito y piornales.
No se ve un camino de subida claro, por lo que, desde la base, iniciamos la ascensión al castillo final saltando y trepando entre los bloques por el itinerario que nos parece más evidente, convirtiendo el ataque final en una divertida  trepada por grandes bloques. Muy cerca de la cima, nos topamos con un alto escalón que parece insuperable, pero tras una última trepada, la alcanzamos.
Ascensión final al Zapatero.
La alternativa a este último escalón, hubiera sido rodear por nuestra derecha la cima para atacarla mejor un tubo más sencillo que sube por el lado este de la cresta (de esto nos dimos cuenta al descender). Estamos en la cumbre del Zapatero (2156 metros). Gran hito geodésico y buzón de hierro semidestruido. Grandes panorámicas. 


Cima del Zapatero (2156 metros)


Hacia el norte no hay límite para nuestra visión sobre el valle y la llanura castellana. Hacia el sur, contemplamos la Sierra de Gredos en su sector oriental-central, presenta cimas menores de las que estamos ahora. Hacia el este, la agreste cresta de la Paramera pierde altura hacia el Puerto de de Menga. Más allá, la mole de la Serrota que cierra el horizonte por el oeste.


Video de la Sierra de la Paramera



Hacia el este, la sierra continuar aún bastantes kilómetros para ir poco a poco perdiendo altura en su descenso hacia el puerto de la Paramera.

Impresionante panorámica del sector este de la Sierra de la Paramera (vista desde la cima del Zapatero).
Aunque la cumbre es estrecha, hay sitio suficiente para sentarse y disfrutar del paisaje, comer algo, antes de emprender el retorno. Descenderemos del castillo de rocas por un cómodo portillo, que sin apenas dificultades, nos deja de nuevo sobre la amplia cresta para continuar la marcha.
El plan es seguir siguiendo la divisoria de la sierra hasta alcanzar el llamado Portillo del Cuchillo, por el que bajaremos al pueblo. Pero aún nos queda un largo recorrido. Continuamos la cresta bordeando grandes bloques de granito. En poco, bordearemos el segundo gigante de esta sierra, el bellísimo Risco del Sol, de menor altitud que el Zapatero, aunque se similar bravura.

Bordeamos el Risco del Sol por la derecha en el sentido de la marcha.
Una vez sobrepasado y siguiendo las indicaciones de nuestro GPS, viramos a nuestra izquierda y nos descolgamos unos metros por la ladera norte, abandonando la cresta, ya que este tramo es difícil. El sendero que seguimos, señalizado con cairns, continua entre aulagas y rocas. En unos veinte minutos, alcanzamos por fin al collado, remontando la ladera por nuestra derecha.

Subimos hacia el collado del Portacho del Cuchillo. Al fondo asoma la Peña Cabrera.
En este tramo tenemos grandes vistas sobre el Valle de Amblés y la misma ciudad de Ávila. Atentos a nuestro GPS para no pasarnos, llegamos por fin al pequeño collado que separa el tramo principal de la sierra, donde se asienta el Zapatero, de la salvaje Peña Cabrera. Hasta aquí llega una amplia pista por nuestra izquierda que sube desde el pueblo de Sotalvo. Nos encontramos a unos sufridos ciclistas que han llegado hasta aquí superando fuertes rampas desde el valle.

Valla metálica en el Portacho del Cuchillo.
Una vez en el collado, atravesamos una valla metálica. Un grupo de vacas avileñas nos mira con ojos de sorpresa. Emprendemos el descenso ya de nuevo por la vertiente sur. El pueblo de Navandrinal lo vemos al fondo muy abajo. En este primer tramo hay fuertes rampas, por lo que vamos perdiendo altura bajando en zigzag por terreno abierto.



Pero en seguida, nos incorporamos al sendero, bien marcado, que ya sin demora, sigue un sabio recorrido que pierde altitud buscando el valle. Por él, descendemos con comodidad.

Camino de descenso hacia Navandrinal. Detrás, la Peña Cabrera.
Desde aquí podemos admirar la cresta granítica de la salvaje Peña Cabrera, continuación de la sierra por el este. Su ascensión desde el pueblo de Villarejo promete ser una magnífica excursión que dejamos para otra ocasión.

Poco a poco, vamos alcanzando la parte inferior del valle. El sendero desaparece repentinamente y seguimos perdiendo altura descolgándonos por varios graderíos sin excesivas dificultades. Ya cerca del pueblo, nos incorporamos a un antiguo camino, casi perdido, que sigue el arroyo del Cuchillo por el cual desembocamos al poco en amplia pista transversal que proviene del pueblo.


Nos desviamos por ella a la izquierda, para tras ascender unos metros, llegar a la explanada donde hemos dejado el coche cinco horas antes. Aquí damos por finalizada esta magnífica excursión por la Sierra de la Paramera.




ZAPATERO (CARA SUR)
Espacio natural
Sierra de la Paramera, en Ávila.
Dificultad
Media, toda la cresta discurre por terreno muy agreste siendo necesaria una pequeña trepada poco antes de la cima.
Tipo de camino
Pista de montaña y terreno abierto por la cresta de la sierra.
Ciclable
No, aunque podemos subir desde Navandrinal hasta el Portracho del Zapatero por una amplia pista carretera y fuertes rampas.
Agua potable
No encontraremos agua en todo el recorrido.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Fácil. Tomando la pista correcta de salida, todo el recorrido es muy intuitivo.
Época recomendable
Verano y comienzo del otoño.
Inicio
Navandrinal (Ávila).
Distancia de Ávila
38,2 kilómetros.
Tiempo total
5 horas.
Tiempos de marcha
Navandrinal-Portacho del Zapatero: 1 h 30 m;   Portacho del Zapatero-Cumbre del Zapatero: 1 h; Cima del Zapatero-Portacho del Cuchillo: 1 h 32 m; Portacho del Cuchillo-Navandrinal: 56 m.
Distancia total
15,5 kilómetros.
Interés
Cima más alta de la Sierra de la Paramera (Ávila), panorámicas sobre el Valle de Amblés y Gredos, paisaje de rocas graníticas.
Altitud mínima
1346 m.
Altitud máxima
2156 m.
Desnivel acumulado
823 m.
Mapas
1:50000: 0556 Navaluenga.
1:25000: 0555-2 Navalacruz; 0556-1 Navalmoral.

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Notas:
- Aunque la ascensión no es difícil, hay que tener cierto cuidado al acceder al castillo final que conforma la cima del Zapatero. Como hemos relatado, es aconsejable bordearlo por su lado sur para alcanzar el portillo este que es mucho más asequible.
- La excursión es larga. Si la realizamos en verano, hay que proveerse de agua porque puede hacer bastante calor y no encontraremos en ningún sitio.
- La ascensión por su vertiente norte es más corta, aunque deberemos superar rampas mayores por terreno difícil.


Entradas relacionadas:


Mapa topográfico


Perfil de elevación



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sábado, 21 de enero de 2017

Galdampio desde Miraveche

En esta salida, ascendemos a una de las montañas más significativas de los Montes Obarenes: el pico Galdampio. Montaña de fácil acceso, es interesante por las extraordinarias panorámicas que podemos disfrutar desde su cima. Partiremos del pueblo burebano de Miraveche.


Galdampio

El Galdampio visto desde Miraveche.

Desde Burgos, llegamos a Miraveche saliendo por la N-1. Una vez pasado Briviesca, continuamos hasta Cubo de Bureba, nos desviamos por la izquierda siguiendo por la N-232 Logroño-Santander. En medio kilómetro, tomaremos el desvío por la derecha, que en algo menos de cuatro kilómetros, nos deja en Miraveche.
El pueblo es una pequeña localidad burebana, emplazada en un llano cerealista a la sombra de los Montes Obarenes, que se levantan como una muralla infranqueable cerrando todo el horizonte norte del pueblo.

Llegamos a Miraveche.
Destacan sobre manera el Galdampio, mirando hacia el NO. a donde nos disponemos a subir. Su aspecto es de montaña redondeada y amable en contraste con los Montes de la Verdina, según miramos a su derecha. Estos montes son más agrestes, con aspecto salvaje asomados sobre la llanura. Precisamente por el collado que separa estas dos montañas, tenemos que ascender.

Salimos de Miraveche por una amplia pista asfaltada.
En cualquiera de las calles del pueblo, dejaremos el coche e iniciaremos la marcha saliendo por una pista que abandona el pueblo por su lado NE, a la vista de los montes. El camino, una amplia pista carrozable en su primer tramo, pasa junto al depósito de aguas. En unos cinco minutos, dejaremos a la izquierda el desvío a la Necrópolis de Miraveche y continuamos. Tras describir el camino un suave giro a la derecha y transformarse en sendero entre sembrados, comienza a aumentar la pendiente.

Subiendo hacia el collado, mantenemos la vista del Galdampio y el rocoso Castro Cuño, éste más cercano, a nuestra izquierda.
Poco a poco nos vamos acercando a las laderas sur de los Obarenes, que se levantan bruscamente desde la llanura. Queremos subir a un claro collado que hay entre Castro Cuño y las agrestes cumbres de los Montes de la Verdina, la más occidental de las cuales, la peña Maya, se levanta airosa delante de nosotros a la derecha.

Castro Cuño.

Tras rodear unos sembrados, el sendero emprende la ascensión al collado incrementando mucho la pendiente. Ganamos altitud con rapidez, paramos de vez en cuando para tomar aliento, ya que la pendiente llega a ser fuerte. Los riscos de la Verdina a nuestra derecha se erigen desafiantes. Algunas piedras caídas se interponen en nuestro camino, las bordeamos con facilidad. El sendero se halla limpio, solo hay que superar la fuerte pendiente.

Sendero de subida al collado.
Panorámica de los Obarenes mirando hacia el este.
Por fin, llegamos al collado entre Castro Cuño y la Peña Maya. Es límite entre municipios y hay una valla con un paso de escalera. Por el lado norte, más salvaje, solo vemos un impenetrable bosque que desciende hacia el valle donde se ubican los pueblos de La Molina y Cubilla de la Sierra.

Vista hacia atrás sobre la vaguada que hemos superado hasta el collado.
Tras reponernos, emprendemos la ascensión a Castro Cuño, punto más alto del roquedo que tenemos a nuestra izquierda. Es paso intermedio antes de continuar y atacar definitivamente el Galdampio, cuya cima aún no vemos desde el collado.

Collado entre Castro Cuño y la Peña Maya. Una valla con paso de madera separa el límite municipal.
La Peña Maya nos parece majestuosa desde el collado que la separa de Castro Cuño.

Sin problemas, cubrimos el desnivel que hay subiendo por la roca hasta alcanzar la reducida cima de Castro Cuño (1133 metros).

Observamos que la placa rocosa por la que hemos subido cae en vertical por el lado norte.
Encontramos buzón montañero del club Mirandés de Montaña, como es habitual por todos estos montes.
Buen lugar para descansar y tomar las mejores fotos de la Peña Maya y su espolón rocoso. Nos parece una gran montaña desde donde estamos pese a su modesta altitud.

Buzón montañero en la cumbre de Castro Cuño con la Peña Maya de fondo.
La cima de Castro Cuño no es más que el punto más alto de una larga arista que se levanta abruptamente por el norte pero con suaves pero empinadas laderas hacia el sur. Para seguir hacia el Galdampio, no hay más que seguir por el borde rocoso a la búsqueda de algún portillo que nos permita descender hacia el collado que separa el castro del Galdampio. La cima de este último la vemos ya y nos parece desde donde estamos muy accesible.

Seguimos por la arista de Castro Cuño a la búsqueda de un portillo.

Con facilidad, llegaremos hasta el extremo oeste de la arista por donde el desnivel es menor y podremos sin problemas descender por un pequeño portillo hacia el collado. Antes, tenemos que atravesar un pequeño pinar y rodear una ladera de derrubios para poder posicionarnos sobre la amplia pista que sube desde Miraveche. Este camino desemboca sobre la carretera que une los pueblos de La Molina del Portillo de Busto y Cubilla. 
Mirando hacia la muralla caliza del Castro Cuño, que acabamos de pasar, observamos que todo el roquedo es una colosal muralla que se levanta casi en vertical y sirve de unión entre el Galdampio y La Verdina. Las tres montañas son muy diferentes entre sí pese a su cercanía, lo que nos habla de un pasado geológico convulso.

Collado anterior al Galdampio: pista que desciende hacia Cubilla-La Molina. A la derecha: el espolón rocoso que sube hacia La Verdina.
Magnífica panorámica de Castro Cuño con la Peña Maya detrás.
Estamos ya en la base del Galdampio. La ladera de la montaña se presenta suave, redondeada, con múltiples senderos para subir hasta su cima entre árboles pequeños y matorral limpio. Para disminuir la pendiente, tomaremos una marcada trocha que va ganando altitud a la vez que bordea el cono por su lado sur.

El tramo final hacia la cumbre lo cubrimos por terreno libre.
En unos quince minutos, abandonamos la trocha para atajar por la izquierda y subimos ya por terreno abierto, sin pérdida alguna. Pese a la fuerte pendiente, llegamos con facilidad  la cumbre.
Cima del Galdampio (1205 metros), hito geodésico y de nuevo, buzón montañero del club Mirandés de Montaña.
Huelga decir que las panorámicas que se disfrutan aquí son excepcionales. Hacia el norte, divisamos a nuestros pies el valle interior de los Obarenes, a la vista de los pueblos de La Molina y Cubilla. Detrás, la cresta rocosa norte de la sierra con su máximo exponente: el pico Humión, precisamente frente a nosotros y máxima altura de los Montes Obarenes. Hacia el este, la línea de la divisoria continua hacia los Montes de la Verdina y su prolongación hasta los montes sobre Pancorbo. Hacia el oeste, la sierra se prolonga por su sector central sur. Destaca su máxima altitud, el Pan Perdido. Tras describir la divisoria una amplia curva, la sierra se prolonga por las llamadas Sierras de Oña y la Llana. Hacia el norte, la llanura de la Bureba a nuestros pues, entre brumas y ténuemente, en el horizonte, se atisban las siluetas de los gigantes de las Demandas burgalesa y riojana.


Cima del Galdampio

Vista hacia el oeste: divisoria de los Obarenes hacia Oña.
Vista hacia el este. Al fondo: La Verdina.


Video desde la cima del Galdampio


La cumbre del Galdampio es cómoda e invita a detenerse y pasar cierto tiempo disfrutando del paisaje. Emprendemos el regreso.


Para hacer la ruta circular, descenderemos por su ladera oeste a la búsqueda del collado que la separa de la sierra en su prolongación occidental. Emprendemos el descenso por terreno libre, primero bajando por la ladera norte, que se presenta bastante limpia.


Según perdemos altitud, viramos poco a poco hacia el oeste para, siguiendo casi imperceptibles senderos, posicionarnos sobre la línea de la cresta. Una vez alcanzada, solo tenemos que continuar por la línea de cresta, amplia y cómoda, perdiendo altura con rapidez. A nuestra izquierda se extiende un abigarrado pinar que tenemos que evitar. Seguiremos por la divisoria sin pérdida hasta llegar al tercer collado que visitamos hoy. Al igual que la anterior, la recorre una amplia pista, apta para vehículos, que une los pueblos de Miraveche y La Molina del Portillo de Busto.


Antes de incorporarnos a la pista, debemos superar una alambrada muy cerca de un paso canadiense.


Una vez en la pista, nos relajamos ya y nos disponemos a recorrer por ella, sin pérdida alguna, los tres kilómetros y media que nos separan de Miraveche.


 
Durante el trayecto, podemos ver que la ladera norte del Galdampio es más agreste por su lado sur. La vegetación que la cubre hace completamente inviable cualquier ascensión por este lado.



Tras llegar al llano, y a unos quinientos metros del pueblo, un panel nos señala el desvío a un pequeño parque de interpretación del asentamiento celtibérico que hubo en estas tierras durante la Edad del Hierro.

Parque de interpretación de la necrópolis de Miraveche.

Y es que muy cerca del pueblo, se ha localizó un asentamiento autrigón, antiguos habitantes de la Bureba antes de la llegada de los romanos. Merece la pena desviarse apenas veinte minutos para visitar este pequeño parque y leer todos sus paneles antes de regresar a Miraveche.

Iglesia de Santa Eulalia de Mérida, en Miraveche.


GALDAMPIO DESDE MIRAVECHE
Espacio natural
Montes Obarenes en su sector oriental.
Dificultad
Media por transcurrir por terreno muy agreste y cubrir fuertes pendientes entre Castro Cuño y la Verdina.
Tipo de camino
Pistas en el llano, senderos y terreno abierto en la cresta.
Ciclable
No (aunque podemos acceder al collado oeste del Galdampio en coche por la pista).
Agua potable
No encontraremos en todo el camino.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Fácil. Aunque no esté señalizado, todo el recorrido es muy intuitivo.
Época recomendable
Todo el año, aunque atención los días en que la empinada arista de Castro Cuño pueda estar helada.
Inicio
Miraveche.
Distancia de Burgos
63,6 kilómetros.
Tiempo total
2 horas 50 minutos (incluyendo dos paradas largas en las cimas de Castro Cuño y el Galdampio).
Tiempos de marcha
Salida-Mirador: 50 minutos; Mirador-Las Mesas: 
Distancia total
8,76 kilómetros.
Interés
Cimas de Castro Cuño y Galdampio. Excepcionales panorámicas sobre los Montes Obarenes en todas las direcciones.
Altitud mínima
798 m.
Altitud máxima
1206 m.
Desnivel acumulado
561 m.
Mapas
1:50000: 0136 Oña.
1:25000: 0136-4 Miraveche.
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Notas:
- Todo el itinerario es muy intuitivo porque vemos todas las cumbres y collados desde lejos. En algunos tramos la progresión es por terreno libre pero no hay dificultad alguna porque en general está bastante limpio.
- Es muy interesante un recorrido por los Montes de la Verdina, durante el cual se enlazan las agrestes cumbres de Buey, Cantoña y Peña Maya.
- Aunque resulte menos interesante, al Galdampio obviamente también se puede ascender por su lado norte a través de las pistas que suben a los collados que flanquean la montaña.

Los Montes Obarenes vistos desde la N-1.


Entradas relacionadas:
Paso de la Herradura, en el Sendero del Portillo de Busto.


Mapa topográfico


Perfil de elevación


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