sábado, 29 de abril de 2017

Peñahorada y la Polera

El pueblo de Peñahorada, muy cercano a Burgos, se emplaza a la salida de un estrecho desfiladero horadado por las antiguas vías del ferrocarril Santander-Mediterráneo. A pesar de las múltiples comunicaciones construidas, el desfiladero aún mantiene cierto aire salvaje y natural. El pueblo se halla rodeado de agrestes roquedos. Partiendo de él, subiremos hasta lo alto de la peña de las antenas para continuar por el largo espolón rocoso que conduce hasta el término de la Polera para regresar por pistas y caminos agrarios.


Peñahorada


Llegamos rápidamente a Peñahorada saliendo de Burgos por la carretera de Aguilar. Si tomamos la autovía, tras salir de ella pasado Quintanaortuño, debemos retroceder unos metros para coger el desvío a Villarcayo. Tras pasar el pueblo de Villaverde-Peñahorada y atravesar el desfiladero, llegaremos a Peñahorada.
El pueblo muy reducido, mantiene aún buenas construcciones en piedra. dejaremos el coche en su calle principal, junto a la carretera. Llama la atención una antigua casa que aún mantiene sobre su fachada la leyenda "Vinos y licores".

La carretera de Burgos a Villarcayo atraviesa la calle principal de Peñahorada.
La peña de las antenas se halla justo encima del pueblo y es visible desde mucho antes de llegar a él. Nos aproximamos a su base para acometer el ascenso hasta su cima. Para ello, continuamos por la carretera hasta dejar la última casa.

Peña Rebilada.
Tras pasar junto a la caseta del paso a nivel del desaparecido ferrocarril Santander-Mediterráneo (hoy reconvertida en vivienda), nos situamos ya junto a las laderas de la peña que quedan a nuestra izquierda.

La peña y antenas en su cima vistas desde las casas del pueblo.
No hay camino ni senda, así que no queda otra que emprender una fuerte subida por terreno libre. El desnivel a cubrir no es mucho, pero sí lo es la pendiente.

Subimos por terreno abierto desde la carretera hasta la base de la peña.
Enseguida, nos posicionamos con relativa facilidad unto a la base pétrea de la plataforma superior de la peña, y buscamos un portillo que nos permita acceder. Observamos, según la recorremos, que presenta múltiples oquedades y grietas.

Rodeamos la peña por su base buscando un acceso para encaramarnos a la cima.
Encontramos un rebaje con escalones por los cuales conseguimos acceder a la cumbre, inmediatamente junto a las antenas. Tras el esfuerzo realizado, descansamos un rato disfrutando del bonito paisaje que tenemos aquí, ya que es un buen balcón para disfrutar del paisaje. A nuestros pies literalmente, tenemos los tejados de las casas de Peñahorada. Al otro lado de la carretera, continúan las peñas por el llamado Montes de la Serrezuela. Al fondo, hacia el sur, el amplio monte de encina y vegetación baja que se extiende entre Peñahorada y Ubierna.


Panorámica del pueblo desde lo alto de la peña.
Continuamos la excursión. Seguiremos el largo y agreste espolón rocoso que se dirige hacia el pueblo de Gredilla la Polera. A nuestra izquierda, dejamos un acantilado de unos 20 metros, cubiertos de vegetación, que cae sobre un pequeño vallejo. A la derecha del borde, un cerrado monte con vegetación que en algunos tramos amenaza con cortar el paso ya que avanza hasta el mismo borde del precipicio.

Largo recorrido hasta el Callejón de la Polera.
Avanzamos por el borde, superando obstáculos con mayor o menor dificultad. Este monte aparece en los mapas bajo la curiosa denominación de Tierra Perdida, lo cual define bastante bien la zona por la que nos movemos, semisalvaje.

Abrigos naturales en el borde rocoso.
Hay puntos en que la vegetación nos impide continuar nos obliga a descolgarnos unos metros por la pared para retomar de nuevo el borde por el cual intentamos movernos.
Poco a poco nos vamos acercando al extremo de esta larga pared, que cae en el llamado Callejón de la Polera. Se trata de una bonita cluse caliza que cierra el valle por el norte, muy cerca del pueblo de Gredilla. Cerca de este paraje, intentamos descender por la izquierda para incorporarnos al camino que lo recorre.

Camino de la Polera.
Por nuestra derecha, el monte se va tornando más limpio y vemos que surgen caminos que se abren paso en el bosque para descender a Gredilla la Polera, cuyas casas ya vemos en la lejanía. Descartamos bajar por aquí hasta el pueblo.


Varios caminos parten a nuestra derecha hacia Gredilla la Polera.
Buscamos el punto más adecuado que, salvando la vegetación nos permita bajar hasta el valle. Pero el terreno es muy complicado y donde no hay muros de vegetación, hay escalones de piedra. Poco a poco y con mucho cuidado, vamos descendiendo entre las rocas y matorrales hasta llegar por fin al camino.



Por esta pista, que viene de Peñahorada, llegamos en poco tiempo al paraje del Callejón de la Polera, una gran abertura rocosa que rompe transversalmente el sinclinal por el que nos hemos movido. Es lo que geológicamente se denomina como cluse. Si atravesáramos el paso, llegaríamos enseguida al pueblo de Gredilla la Polera.

Callejón de la Polera.

Camino que sube desde el Callejón al monte.
Pero dejamos el Callejón a nuestra espalda y seguimos el camino torciendo a nuestra izquierda. El sendero se vuelve pedregoso y gana suavemente altura por una estrecha vaguada. Nos colocamos enseguida sobre un gran monte elevado que queda entre los pueblos de Peñahorada, Gredilla la Polera, Villaverde y Ubierna. Este monte es conocido por albergar una gran necrópolis de la Edad del Hierro (ver entrada Necrópolis de la Polera). Estos parajes se hallan muy cerca de Burgos y es fácil caminar por sus caminos partiendo de cualquiera de estos pueblos.

Monte de la Polera.
Atravesamos la meseta con cierta rapidez guiados por nuestro GPS, ya que son múltiples los caminos que surgen y la orientación no es sencilla. El objetivo es enlazar con una pista que une los pueblos de Ubierna y Peñahorada, por el cual retornamos a este último.

Vamos enlazando pistas sobre el monte.
Enlazamos por fin con una amplia pista que va de oeste a este y parece provenir desde la carretera. Este camino, se dirige hacía Peñahorada siguiendo un valle paralelo al que vimos en la ida. Caminamos por él cómodamente.
A nuestra izquierda vamos bordeando campos de labor, nos flanquean suaves colinas, acercándonos poco a poco a Peñahorada.
Pero antes de enlazar con la Vía Verde y llegar al pueblo, nos aguarda una sorpresa. Se trata de unos los megalitos más enigmáticos y espectaculares de la provincia de Burgos: el Menhir de las Dos Hermanas.


Lo vemos desde lejos, en medio de un sembrado en barbecho a nuestra izquierda. Perdido en ninguna parte.


La distancia no es larga, pero llegar hasta él no nos resulta sencillo. Tenemos primero que superar un profundo regato para una vez sobre el sembrado, cubrir unos trescientos metros hasta las piedras caminando por terreno blando. Llegamos al menhir, o mejor dicho, a los menhires ya que se trata de dos grandes losas hincadas.

En medio de un campo de flores vemos ya el menhir de las Dos Hermanas.
El megalito hace honor a su nombre. Se trata de dos grandes piedras hincadas verticales, de aspecto vetusto, muy erosionadas por el viento. La altura de la mayor ronda los dos metros y medio. Sin ninguna duda han sido colocadas intencionadamente aquí ya que se encuentran en el medio de una amplia superficie totalmente plana. Es sorprendente que hayan aguantado el paso de varios milenios sin haber sido retiradas por los campesinos que araron estas tierras a lo largo de siglos.


Menhir de las Dos Hermanas


Es de suponer, que estas piedras llevan aquí algo así como 4500 años, ya que la mayoría de los megalitos de Burgos fueron construidos entre el segundo y tercer milenio antes de nuestra era. Hay una leyenda en torno a estos megalitos que dice que se trataba de dos hermanas que iban a la fuente charlando y se convirtieron en piedra, víctimas de una maldición. Fue descubierto en 1969 por César Liz y J.L. Uribarri.
Para retornar al pueblo, cercano pero no visible aún, no retornamos a la pista que traíamos, sino que nos incorporamos a otra paralela al otro lado del campo donde halla el menhir.

Camino de Peñahorada desde el menhir.
Por esta pista llegamos fácilmente a Peñahorada, a cuyas casas llegamos tras atravesar el camino la Vía Verde que se está levantando sobre el antiguo trazado del desaparecido ferrocarril Santander-Mediterráneo.

Entramos en Peñahorada.

PEÑAHORADA Y LA POLERA
Espacio natural
Peñas y caminos entre Peñahorada y Gredilla la Polera.
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Terreno agreste por las peñas y caminos entre sembrados.
Ciclable
No.
Agua potable
Solo encontramos agua en el pueblo de Peñahorada.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Media. Aunque todo el recorrido es bastante intuitivo, hay que tener cuidado en encontrar el camino correcto de retorno a Peñahorada.
Época recomendable
De mayo a octubre.
Inicio
Peñahorada.
Distancia de Burgos
19,4 kilómetros.
Tiempo total
2 horas 10 minutos.
Tiempos de marcha
Peñahorada-Callejón de la Polera: 1 horas 25 minutos; Callejón de la Polera-Peñahorada: 45 minutos.
Distancia total
8,1 kilómetros.
Interés
Paisajes agrestes, monte de Tierra Perdida, dolmen de las Dos Hermanas.
Altitud mínima
880 m.
Altitud máxima
989 m.
Desnivel acumulado
254 m.
Mapas
1:50000: 0167 Montorio; 0200 Burgos.
1:25000: 0167-4 Hontomín; 0200-2 Rioseras.
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Notas:
- El recorrido por el espolón rocoso puede resultar muy complicado al discurrir por terreno muy agreste con continuos desvíos y rodeos en puntos difíciles. No recomendable si no se está habituado a este tipo de terrenos o se va con niños.
- En época de lluvias, puede ser imposible acercarse al menhir al poder estar el terreno muy blando y resbaladizo.
- No hay bar en Peñahorada, pero los tenemos muy cerca en Sotopalacios o Quintanaortuño.


Entradas relacionadas:



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lunes, 24 de abril de 2017

Senda de la Naturaleza desde Tinieblas de la Sierra

Tinieblas de la Sierra se emplaza en un apartado lugar sobre la cara sur de la Sierra del Mencilla. Su término municipal, que engloba también a la pedanía de Tañabueyes, está surcado de montañas, barrancos y arroyos, todos ellos lugares poco frecuentados, pero que bien merecen la pena ser recorridos y visitados. En esta ocasión, siguiendo la llamada Senda de la Naturaleza, recorremos la orilla del río de Tinieblas, que ha excavado un pequeño desfiladero al sur de la localidad. Retornamos al pueblo por el llamado Monte la Reina.


Senda de la Naturaleza


Llegaremos a Tinieblas desde Burgos saliendo por la carretera de Logroño. Antes de Ibeas de Juarros, tomamos el desvío a la derecha hacia San Millán de Juarros. Tras pasar Palazuelos y Villamiel de la Sierra, tomamos el desvío a la izquierda hacia Tinieblas, donde muere la carretera.



Tinieblas de la Sierra


En cualquiera de sus bien arregladas calles del centro, dejaremos el coche.

Tinieblas de la Sierra. Al fondo, el pico Mencilla.
Saldremos del pueblo por su parte sur, saliendo por la calle que partiendo del centro sigue el curso del río. Nada más abandonar los últimos prados y cercados, cruzamos el río (llamado también de Tinieblas o San Marcos) por un pequeño puente. Ya en la otra orilla, el sendero se estrecha y se interna, tras describir una curva a la izquierda, en un pequeño barranco excavado por el río.

Cruzamos el río de Tinieblas dejando el pueblo atrás,
El camino es cómodo, avanzamos manteniendo la ladera, muy empinada a nuestra derecha mientras que a la izquierda las aguas del río se precipitan en pequeños saltos. Según avanzamos, el entorno se va tornando más natural y hay más vegetación en las orillas del río. Llegamos a un gran claro desde donde nacen dos vallejos, bifurcándose las aguas del río. Hacia nuestra izquierda, continua el llamado arroyo de Valdemares, que se separa del Tinieblas y se dirige hacia el este camino del pueblo de Iglesiapinta y falda sur de la sierra del Mencilla por donde encuentra su nacimiento.

Desfiladero del río Tinieblas.
Continuamos el sendero que llevábamos siguiendo la orilla del río de Tinieblas que sigue ya la llamada Senda de la Naturaleza. El pequeño desfiladero creado aquí es realmente encantador y un entorno muy natural.


A la izquierda, tenemos el río y sobre la otra orilla, la frondosa e impenetrable ladera del monte Picotas (1306 metros). A nuestra derecha, las laderas del monte llamado de la Reina caen también con bastante pendiente y de manera más agreste.

Seguimos la orilla del río de Tinieblas.
Ambos montes forman parte de un pequeño cordal montañoso formado por la Sierra del Casarejo-Monte la Reina-Picotas-Peña Mayor. Se trata de una alineación montañoso paralela por a la Sierra del Mencilla pero de mucha menor entidad. A la sombra de estos montes se encuentran los pueblos de Iglesiapinta, San Millán de Lara y Jaramillo de la Fuente. Todos ellos son buenos puntos de partida para recorrer estos lugares.

Ascendemos por un camino hacia lo alto del Monte la Reina. A la derecha, en primer plano, el Picotas (1306).
Los materiales que encontramos aquí son pizarras y cuarcitas, lo que indica que el origen geológico de estos montes es el mismo que el de su sierra mayor, el Mencilla, procedente de la era paleozoica, al igual que toda la Sierra de la Demanda. Continuamos por el sendero internándonos más en el vallejo. A mitad de recorrido, dejamos los restos de un antiguo molino, que parece restaurado.

Restos de un antiguo molino junto al río de Tinieblas.
El sendero que llevamos se introduce en un túnel vegetal y avanza hacia la carretera que une los pueblos de Tañabueyes y San Millán de Lara, un par de kilómetros más adelante de donde estamos. Como no queremos llegar hasta la carretera, tenemos dos alternativas para retornar a Tinieblas realizando una ruta circular. La primera es cruzar el río por nuestra izquierda y remontar hasta la cumbre del Picotas desde donde descenderemos al arroyo Valdemares.


Esta solución parece harto complicada: las orillas del río parecen impracticables por la vegetación y no vemos claramente por donde poder vadearlo. La subida hasta la cima parece muy sucia desde aquí.


Video



La segunda alternativa es subir al monte de la Reina, por nuestra derecha, para tras recorrerlo encontrar algún sendero que nos devuelva al valle donde se ubica Tinieblas.
Así pues, poco después de dejar el molino a nuestra izquierda, nace un camino a nuestra derecha que sube con decisión entre los árboles hacia la parte superior del monte. Nos incorporamos a él abandonando el valle.


Este sendero va faldeando la montaña, avanzando entre los árboles, se halla en general en buen estado. Llegado muy cerca de la carretera, describe una amplia curva hacia la derecha transformándose en pista y emprende el ascenso final hacia la planicie que ocupa la parte superior del monte. En apenas quince minutos, nos plantamos en la cima del monte, una amplia pradera de pasto, despejada y agradable. Desde aquí, disponemos de amplias vistas sobre la comarca de Lara a nuestra izquierda, y la Sierra del Casarejo, inconfundible por loa aerogeneradores que la recorren, hacia el frente.

Llegamos a la Cabeza de Enmedio. Al fondo: la sierra del Casarejo.
Toda la parte superior del monte está deforestada y lo surcan varios caminos y pistas. Sin duda tuvo que ser zona de paso de ganado entre el valle de Tinieblas y los llanos de Tañabueyes-Lara. Escuchamos disparos lejanos de cazadores. El punto más alto del monte, llamado Cabeza de Enmedio, destaca poco.

Ganado pastando en lo alto del Monte la Reina.
Tras atravesar la meseta cimera de esta pequeña sierra, nos desviamos hacia la derecha siguiendo las indicaciones de nuestro GPS buscando un camino que nos haga retornar hacia Tinieblas bajando del monte. Este sendero, que encontramos fácilmente, sale por la derecha y emprende un descenso entre la vegetación.
Llegamos sin grandes problemas a las praderas que rodean Tinieblas, junto a la carretera. Antes de llegar a ella, tenemos que superar una alambrada y atravesar unos pastos sin mayores dificultades.

Retornamos a Tinieblas caminando por la carretera.








Tras alcanzar el asfalto, cubrimos por él los escasos dos kilómetros que nos separan de las primeras casas de Tinieblas de la Sierra y dar por finalizada la excursión.


SENDA DE LA NATURALEZA DESDE TINIEBLAS DE LA SIERRA
Espacio natural
Montes de la vertiente sur de la Sierra del Mencilla.
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Caminos y senderos de montaña.
Ciclable
En general sí.
Agua potable
Hay agua en el arroyo de Tinieblas aunque no se recomienda beber por haber ganado suelto en sus cercanías.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Media. El descenso desde lo alto del Monte la Reina a Tinieblas no es evidente.
Época recomendable
Todo el año, aunque preferible en primavera y otoño.
Inicio
Tinieblas de la Sierra.
Distancia de Burgos
40,3 kilómetros.
Tiempo total
2 horas 20 minutos.
Tiempos de marcha
Tinieblas-Cabeza de Enmedio: 1 hora y 10 minutos; Cabeza de Enmedio-Tinieblas: 48 minutos.
Distancia total
8,6 kilómetros.
Interés
Recorrido por el valle del río de Tinieblas (Senda de la Naturaleza), Monte de la Reina y Cabeza de Enmedio, panorámicas de la Sierra del Mencilla y montes cercanos, pueblo de Tinieblas de la Sierra.
Altitud mínima
1097 m.
Altitud máxima
1287 m.
Desnivel acumulado
249 m.
Mapas
1:50000: 0239 Pradoluengo; 0277 Covarrubias.
1:25000: 0239-3 Palazuelos de la Sierra; 0277-1 Campolara.

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Notas:
- En Tinieblas de la Sierra hay bar donde podemos descansar y tomar algo tras finalizar la excursión.
- Si tenemos ocasión, es recomendable acercarse a visitar la iglesia románica.
- Desde Tinieblas de la Sierra podemos subir al pico Mencilla siguiendo una ruta mucho menos conocida que el clásico ascenso desde Pineda de la Sierra, pero no menos interesante.

Iglesia románica de Santa María Magdalena, en Tinieblas de la Sierra.


Entradas relacionadas:



  • Mencilla desde Tinieblas de la Sierra.
  • Torruco desde Villamiel de la Sierra.
  • Casarejo desde Villamiel de la Sierra.




  • Mapa topográfico


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    lunes, 10 de abril de 2017

    Isla de Tenerife: Teide

    El Teide, ubicado en la isla de Tenerife, es la máxima altura de España. Se emplaza en el centro de la isla dentro del parque Nacional de las Cañadas del Teide. Su visita, obligatoria para los visitantes de la isla, requiere primero acercarse hasta la estación que hay en su base. Desde allí, se asciende en teleférico hasta el centro de visitantes que hay en la cota 3500, a escasos doscientos metros de la cima. Si se ha reservado el permiso previamente, es posible subir aún más caminando hasta el mismo cráter, una experiencia inolvidable.


    El Teide


    La isla de Tenerife es la de máximo tamaño de las Islas Canarias. Su máxima cumbre, el pico Teide, es también la montaña más alta de España, Su silueta, enormemente prominente, es visible desde todas las islas, excepto las dos más orientales y alejadas: Fuerteventura y Lanzarote. El Teide ocupa la parte central de la isla y está ubicado dentro del Parque Nacional de las Cañadas del Teide. La montaña formó parte de un volcán mucho mayor que erupcionó hace 140000 años y cuyos restos visitamos hoy en día en el parque.

    El Valle de la Orotava.
    Para ascender al Teide debemos primero subir en teleférico hasta la cota 3521 desde donde, si se dispone de reserva previa, está permitido cubrir los 200 metros restantes hasta la cima. La cuota de visitas es pequeña, solo se permiten 100 visitas diarias por lo que es conveniente reservar con mucho tiempo de antelación si se tiene claro que se quiere llegar hasta el cráter. La reserva se realiza fácilmente desde la página web del parque y es gratis. Llegamos al parque desde Santa Cruz de Tenerife a través de la carretera que sube desde las inmediaciones de la capital, cerca del municipio de La Laguna. Puesto que partimos prácticamente del nivel del mar hasta los 2400 metros en apenas 30 kilómetros, la carretera es una larga cuesta que cubre un gran desnivel, sin embargo, está muy bien acondicionada y las pendientes nunca llegan a ser muy fuertes. En su primer tramo, hasta la cota 1500 aproximadamente, transcurre entre bonitos pinares canarios y hay múltiples áreas de descanso y establecimientos para turistas.

    Ya visualizamos la inconfundible silueta ocre de las laderas del Teide.
    Una vez salimos del bosque y entramos en el parque, el paisaje cambia radicalmente y se convierte en árido y desértico. Según nos acercamos a la base del Teide, podemos parar en una serie de miradores asomados al norte sobre el Valle de la Orotava. Merece la pena pararse y disfrutar del paisaje. Por la carretera llegamos al centro de visitantes que hay en la base y desde donde sale el teleférico. Para montar en el teleférico no queda más remedio que hacer cola.


    El teleférico asciende desde la estación a 2150 metros de altitud hasta los 3521 metros y se cubren en un tiempo relativamente rápido.
    Bajamos en la subestación, a doscientos metros de la cima. Hay un centro de visitantes muy interesante donde se explica el proceso de formación de la montaña y las cañadas que la rodean. Sorprende su juventud, si hablamos en en términos geológicos.



    Un sendero marcado y del que no se puede salir, recorre la ladera a ambos lados de la estación. Es totalmente recomendable pasar un rato caminando para descubrir y admirar el grandioso paisaje que hay a nuestros pies.


    Es lo que hace la mayoría de los visitantes ya que la visita a la cima y cráter, doscientos metros más arriba, está estrictamente restringida. Un sendero balizado con piedras  asciende desde la instalación del teléferico hasta la misma cima y hay que reservar previamente el acceso (gratis por Internet). La entrada al camino que sube está vigilada y atreverse a subir por otros lados alejados sin observación es una temeridad dado lo abrupto del terreno formado de roca volcánica de reciente formaicón.

    Varios caminos salen de la subestación del teleférico.
    El terreno está compuesto de roca volcánica de lava joven.
    Con la reserva en el bolsillo, pasamos el control y emprendemos el ascenso hacia el cráter. Aunque solo hay que cubrir un desnivel de doscientos metros, la combinación de la fuerte pendiente y la altitud en que estamos, origina que la fatiga sea notable. En apenas veinte minutos de caminata por un sendero, del cual no podemos salirnos, llegamos a las inmediaciones del cráter y el punto más alto de la montaña, de la isla de Tenerife y de España: el pico Teide, de altitud 3718 metros.

    Borde del cráter del Teide, por el cual podemos pasear.
    Panorámica del cráter, de dimensiones reducidas.
    El cráter no es demasiado grande ni profundo y hasta nos sorprende dada las colosales dimensiones de la montaña. Abarcará unos 80 metros de diámetro y una profundidad de no más de 15-20 metros desde el borde. Ligero olor a azufre y huevos podridos con emisiones de gases saliendo de pequeñas rendijas. El Teide no es un volcán muerto, sino en letargo y su última erupción data del siglo XIII, cuando aún los guanches habitaban la isla. La visión que se disfruta aquí es excepcional. Aparte de visualizar el contorno total de la isla de Tenerife, divisamos perfectamente las siluetas de las islas más occidentales: la Gomera, La Palma y el Hierro, cuyas cumbres parecen mirar y plegarse ante el Teide.




    Para quién no ha caminado nunca sobre un volcán, y mucho menos alrededor de su cráter, es una experiencia inolvidable. El día está tranquilo y no hace demasiado frío pese a la considerable altura en la que estamos.

    Magnífica vista de la Montaña Vieja.
    Panorámica de las Cañas del Teide, mirando hacia el sur.


    Video desde la cima del Teide




    También podemos ver hacia el oeste las cumbres de Gran Canaria, más cercanas. Si miramos hacia el sur, dentro de la isla, llama la atención el contorno rocoso de la Cañada del Teide. Las laderas muestran diferentes colores según la altitud y es fácil adivinar que se debe que la tonalidad de la lava corresponde a sucesivas erupciones en el tiempo.
    Hacia el este, tenemos la bonita y salvaje Montaña Vieja de casi 3000 metros, enorme también aunque lógicamente empequeñecida por el Teide.


    Aunque no está permitido sobrepasar ciertos límites y dar la vuelta completa al cráter, podemos caminar y detenernos bastante tiempo para disfrutar de todas las vistas y hacer fotos.


    Pero el cupo de visitantes hace que no debamos estar más de una hora en la cima y regresamos a la estación y retornar con el teleférico para descender de esta mágica montaña.

    Centro de Santa Cruz de Tenerife.


    TEIDE
    DificultadBaja. El recorrido a cubrir es muy corto.
    CiclableNo.
    CircularNo.
    OrientaciónFácil. Está perfectamente señalizado.
    Época recomendableTodo el año, aunque prever que puede haber nieve en los meses de invierno.
    InicioTeleférico del Teide.
    Distancia de Santa Cruz de Tenerife64,5 kilómetros.
    Tiempo total2 horas (50 minutos de subida y 22 minutos de bajada).
    Distancia total2,4 kilómetros.
    InterésCima más alta de España, panorámicas espectaculares, recorrido por la cima de un volcán.
    Altitud mínima 3521 m.
    Altitud máxima 3718 m.
    Mapas
    1:50000: 1091 Icod de los Vinos.

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    Notas: 

    - Como hemos comentado, únicamente es posible subir hasta el mismo cráter obteniendo el permiso del Parque Nacional a trasvés de su página web. 
    - La estancia en el cráter es limitada u en principio no está permitido permanecer más de una hora.
    - Es una buena idea subir y bajar a las Cañadas del Teide por diferentes itinerarios para conocer mejor los parajes de la isla.
    - En la estación de teléferico inferior así como en otras instalaciones cercanas hay restaurante y bares para comer y descansar.
    - Dentro de las Cañadas del Teide hay muchas posibles excursiones entre campos de lava.


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    Mapa topográfico